La idea se gesta en agosto de 2001 retomando los intentos previamente efectuados por varios compañeros del Club 42K. Silvio López y un grupo de amigos corredores, César Caicedo e Ignacio Restrepo, hablan por primera vez de la posibilidad de realizar una carrera de gran magnitud. Ellos estimaron que la ciudad, conocida como “la Capital Deportiva de América”, debía gozar de la fiesta de la Media Maratón, al igual que Bogotá y Medellín, las otras dos capitales más importantes del país.
Constituyeron entonces una asociación sin ánimo de lucro y decidieron hacer la Media Maratón de Cali para lo cual acudieron al señor Luis Felipe Posso, un vallecaucano de gran importancia en el atletismo internacional, quien se convirtió en soporte y asesor de la carrera, y que en compañía de los representantes de las Medias Maratones de Bogotá y Medellín se constituyeron en el respaldo adecuado para llevar a cabo este sueño.
Luego invitaron a este pequeño grupo a sus amigos Arnoldo Levy y Adriana Escobar, dándole paso así a su anhelado sueño, que se concretó